PHM-Exch> PHM: Call to Action in Spanish/ Llamado a la Accion de Ciudad del Cabo, MSP 2012
Claudio Schuftan
cschuftan at phmovement.org
Thu Oct 18 06:31:04 PDT 2012
From: Anneleen De Keukelaere <anneleen at phmovement.org>
LLAMAMIENTO A LA ACCIÓN DE CIUDAD DEL CABO
*JULIO 2012*
Reafirmamos nuestro compromiso con la Declaración de la Salud de los
Pueblos y la Declaración de
Cuenca<http://www.phmovement.org/cms/files/english%20version.pdf>,
documentos fundacionales de este llamamiento a la acción que guiará nuestro
trabajo hasta la celebración de la IV Asamblea de la Salud de los Pueblos.
Las políticas neoliberales, que distinguen el capitalismo actual, han
causado estragos en nuestra salud. La crisis de salud mundial es
consecuencia de la falta de medidas para abordar los determinantes
sociales, políticos y ambientales de la salud. La crisis actual del
capitalismo tiene varias dimensiones interrelacionadas, como las de
carácter político, alimentario, económico, financiero y ecológico, cuyas
raíces se encuentran en el modelo neoliberal de globalización.
La respuesta de las instituciones nacionales e internacionales a la crisis
financiera actual se ha limitado a “restaurar la confianza” en las mismas
instituciones y mercados financieros que provocaron la crisis en primer
lugar. Los gobiernos no tardaron en promulgar una “agenda de austeridad” –
con recortes del gasto público en la salud y en lo social – que en realidad
profundiza y refuerza el mismo modelo neoliberal que la crisis desacreditó
tanto, y cede todavía más poder al capital financiero.
Es preciso rediseñar nuestra cultura e instituciones políticas, tanto
nacional como mundialmente; crear relaciones basadas en la solidaridad; y
establecer los mecanismos de rendición de cuentas necesarios para que las
estructuras políticas, económicas y sociales del mundo funcionen de una
manera justa, equitativa y sostenible.
*Nuestra visión alternativa:*
· un sistema económico reformado que valore a las persona por
igual, no cada dólar;
· procesos e instituciones políticas y económicas justas y
democráticas;
· un sistema de gobernabilidad global de la salud mejorado y
transformado, que no esté sujeto a la influencia corporativa ni a la de
actores privados que no rinden cuentas ante nadie;
• sistemas equitativos de salud pública que sean universales,
integrados e integrales, y que también ofrezcan una plataforma para
acciones apropiadas sobre los determinantes sociales de la salud;
*¿Qué debemos hacer?*
No habrá ningún cambio sin movilización popular, para lo cual es necesario
que las personas y las comunidades adquieran poder político y social. Nos
comprometemos a forjar alianzas con aquéllos que persigan cambios
progresistas y transformadores.
Dejamos Ciudad del Cabo decididos a:
· establecer nuevos círculos del MSP;
· dinamizar, ampliar y profundizar el trabajo de los círculos de
país del MSP ya establecidos;
· fortalecer y desarrollar círculos temáticos del MSP.
Dejamos Ciudad del Cabo con el compromiso de:
· crear y transmitir visiones, análisis, discursos y evidencias
alternativas;
· apoyar activamente y facilitar una serie de campañas.
Seguiremos ampliando nuestro trabajo en torno a los programas que se llevan
a cabo mundialmente – debidamente rediseñados cuando sea necesario – a
saber:
· campaña por el derecho a la salud;
· Universidad Internacional de Salud de los Pueblos;
· Observatorio Global de Salud;
· Democratización de la Salud Mundial, Observatorio Global de Salud
y apoyo al restablecimiento de la OMS.
Nos comprometemos, asimismo, a difundir nuestra campaña por el derecho a la
salud, que aunque estará coordinada globalmente se asumirá como propia y se
impulsará localmente.
**A. Preámbulo** * *
Después de dos años de participación y planificación, nos hemos reunido en
esta Asamblea del Movimiento por la Salud de los Pueblos 800 representantes
de 90 países, que son al mismo tiempo la voz de decenas de miles de
miembros de nuestro movimiento en todos los continentes del mundo.
En Ciudad del Cabo, hemos:
- fortalecido y profundizado nuestra solidaridad;
- expresado nuestra indignación por las constantes crisis mundiales de
salud, cuyo origen está arraigado en una miríada de desigualdades
estructurales y sociopolíticas;
- desarrollado principios para un orden económico, político y social
alternativo; y
- renovado nuestro compromiso de trabajar por el mundo que deseamos.
Reafirmamos nuestro compromiso con la Declaración de la Salud de los
Pueblos y la Declaración de
Cuenca<http://www.phmovement.org/cms/files/english%20version.pdf>,
documentos fundacionales de este llamamiento a la acción que guiará nuestro
trabajo hasta la celebración de la IV Asamblea de la Salud de los Pueblos. *
*
* *
* *
*B. La crisis mundial de la salud*
* *
Las políticas neoliberales, que distinguen el capitalismo actual, han
causado estragos en nuestra salud. Esta situación se agrava cada vez más
por la crisis mundial del capitalismo, la cual se sustenta en las
crecientes desigualdades en la salud mundial, tanto en los países como
entre éstos. **
* *
*Crisis de salud: crecientes desigualdades en la salud*
* *
La crisis mundial de salud es consecuencia de la falta de medidas para
abordar los determinantes sociales, políticos y ambientales de la salud, lo
que ha llevado al deterioro de la soberanía alimentaria, a mayores niveles
de pobreza y falta de acceso justo y equitativo al agua, a vivienda y
condiciones de salubridad, a educación, empleo y servicios de salud
integrales.
La comercialización agresiva de productos poco saludables, como el tabaco,
el alcohol y la comida y bebidas chatarra; la contaminación atmosférica, de
suelos y agua; la colonización de tierras y otros recursos naturales; y el
desalojo forzoso de grandes segmentos de población, incluyendo pueblos
indígenas, que se ven obligados a dejar sus tierras y hogares, contribuyen
a perpetuar las enfermedades y las discapacidades.
Hemos escuchado cómo:
• los pequeños productores pierden sus medios de vida a
consecuencia de la práctica de *dumping* o subsidio a la producción
agroindustrial de alimentos en el Norte;
• los pueblos indígenas son expulsados de sus tierras por la
industria de la minería extractiva, y las luchas de las comunidades
afectadas se tipifican como delitos;
• la salud de los trabajadores se ve amenazada por la ausencia de
normas de seguridad en el lugar de trabajo, al igual que la degradación y
contaminación del medio ambiente;
• se fomenta la dependencia de comida chatarra entre la población
pobre que habita en densos asentamientos urbanos, porque es más barata que
los alimentos naturales con valor nutritivo;
• se relega la salud de las mujeres al ámbito de la maternidad y
la planificación familiar, por un lado, mientras que por otro se atacan sus
derechos reproductivos y sexuales, lo que viola su autonomía,
individualidad, dignidad y derechos humanos;
• las mujeres y jóvenes no gozan del derecho a servicios de salud
reproductiva y sexual;
• los emigrantes y personas desplazadas son víctimas de xenofobia
y carecen de acceso a servicios de salud;
• el racismo social, institucional y estructural, combinado con
intolerancia religiosa, afectan la vida de las personas y les impiden vivir
con dignidad y sin temor; y
• los derechos de la infancia se ven coartados, al negarle las
condiciones para que pueda crecer y florecer.
Se niega el acceso a servicios universales de salud y de atención primaria
integral de salud a millones de familias, sobre todo en países de ingresos
bajos y medianos, a causa de la pobreza y otros obstáculos institucionales.
En los países de ingresos altos, se lleva a cabo una campaña continua para
reducir el financiamiento y apoyo al sector público, y remplazar los
servicios públicos por los que ofrece el mercado. El trasladar la atención
de salud fuera del ámbito público hace más fácil que las grandes empresas
capitalistas (las grandes farmacéuticas, aseguradoras y empresas de
biotecnología) aumenten sus ventas y ganancias, y trabajen en estrecha
asociación con aquéllos que obtienen provecho de la prestación de servicios
de salud. La mercantilización de la salud se ha intensificado a través de
un modelo reduccionista, industrial y biomédico.
El sistema mundial de comercio e inversión (impulsado por acuerdos
multilaterales, plurilaterales y bilaterales de comercio e inversión)
debilita seriamente los derechos universales de carácter social y el poder
de los Estados para regular las actividades de las grandes empresas e
instituciones financieras privadas.
El acceso a medicinas asequibles se ha visto comprometido a consecuencia
del Acuerdo de la OMC sobre los ADPIC y la presión constante a que están
sometidos los países en vías de desarrollo para que adopten las normas
ADPIC *plus* a través de acuerdos comerciales y falsas iniciativas de lucha
contra la falsificación.
Aunque acogemos con beneplácito el creciente interés en el concepto de
cobertura universal de salud, nos oponemos a la idea de alcanzar esta
cobertura mediante la promoción de un modelo minimalista de seguro de
salud, que ofrecería “paquetes básicos de atención” y funcionaría como
parte de un sistema de salud comercializado. Nos oponemos a los intentos de
utilizar este enfoque para desmantelar o debilitar el sistema de salud
pública y promover intereses corporativos en la prestación de servicios de
salud. Es preciso alcanzar una cobertura universal de salud a través de
sistemas de servicios públicos organizados y responsables que presten
atención primaria integral de salud de calidad, y ofrezcan procedimientos
eficaces de referencia basados en la necesidad de atención.
La crisis de salud también refleja una crisis de gobernabilidad efectiva y
responsable de la salud mundial. Las dimensiones de esta crisis abarcan:
· el debilitamiento de la Organización Mundial de la Salud;
· la fragmentación y falta de coordinación en el sector de atención
a la salud;
· la influencia indebida sobre políticas y programas de salud de
instituciones privadas y fundaciones que no rinden cuentas;
· un enfoque que persigue remediar los problemas estructurales de
la desigualdad a través de un modelo de “caridad”, en vez de hacerlo
mediante transformaciones estructurales y sistémicas.**
*Las crisis del capitalismo*
*Génesis de la crisis actual*
La crisis actual del capitalismo tiene varias dimensiones
interrelacionadas, como las de carácter político, alimentario, económico,
financiero y ecológico. Sus raíces se encuentran en el modelo neoliberal de
globalización que surgió en los años setenta, en respuesta a las tasas
decrecientes de ganancias y acumulación de riqueza en las economías
capitalistas desarrolladas. A lo anterior se aúnan la privatización y
comercialización de los servicios públicos, por ejemplo en salud,
educación, abastecimiento de agua, suministro eléctrico y transporte
público. El modelo, en su empeño de crear un mercado mundial de bienes y
servicios, promueve la integración de las economías mundiales y la
expansión y liberalización del comercio mundial.
Este modelo, que se impuso a los países en vías de desarrollo a través de
programas de ajuste estructural y tratados de comercio e inversión, en
realidad los atrapa legalmente en el paradigma neoliberal. Este paradigma
es no sólo sumamente injusto sino, cuando menos, muy ineficiente para
reducir la pobreza y satisfacer las necesidades de vida de las personas.
Entretanto, el sector de la ayuda al desarrollo no hace sino sostener y
reproducir las desigualdades sociales y políticas.
La globalización neoliberal ha traído consigo una inmensa concentración de
poder entre la élite adinerada y corporativa, que socava activamente la
democracia y la justicia social a través de su influencia y la corrupción
de gobiernos nacionales e instituciones internacionales. La crisis política
actual se sustenta en la falta de toma de decisiones responsables,
transparentes y democráticas. Los espacios de participación democrática se
están cerrando incluso en países que tienen gobiernos progresistas, y las
protestas se tipifican ahora como delitos.
La industria bélica, después de haber malogrado tantas vidas en muchas
partes del mundo, está profundamente arraigada en el sistema económico
capitalista. El imperialismo ha aumentado el uso de su poderío militar para
mantener y extender su control sobre la arquitectura política y los
recursos del planeta.
Es preciso rediseñar nuestra cultura e instituciones políticas, tanto
nacional como mundialmente; crear relaciones basadas en la solidaridad; y
establecer los mecanismos de rendición de cuentas necesarios para que las
estructuras políticas, económicas y sociales del mundo funcionen de una
manera justa, equitativa y sostenible. **
* *
*La crisis actual y sus manifestaciones*
La crisis financiera actual tiene sus raíces en la desregulación de los
bancos, a los que se les permitió “crecer demasiado como para fracasar” a
fin de aumentar la relación préstamos (deudas) y activos, y especular en
exceso con divisas, derivados e hipotecas.
La respuesta de las instituciones nacionales e internacionales se ha
limitado a “restaurar la confianza” en las mismas instituciones y mercados
financieros que provocaron la crisis en primer lugar. Los gobiernos no
tardaron en promulgar una “agenda de austeridad” – con recortes del gasto
público en la salud y en lo social – que en realidad profundiza y refuerza
el mismo modelo neoliberal que la crisis desacreditó tanto, y cede todavía
más poder al capital financiero.
La crisis ecológica también es parte de la crisis capitalista y refleja el
aumento de las desigualdades mundiales. Éstas se caracterizan por el
consumismo obsceno de una pequeña minoría, que está llevando al planeta al
límite de su capacidad, mientras a una gran mayoría de la humanidad se le
niega hasta la satisfacción de sus necesidades básicas. Los recursos de
este planeta se privatizan y saquean de maneras que resultan dañinas y
letales para las futuras generaciones. La administración pública de
nuestros escasos recursos es la única solución para proteger
equitativamente el planeta.
Las naciones ricas transfieren el peso de la crisis ecológica a las
naciones pobres por medio de diversos mecanismos, incluyendo el traslado
del impacto de la crisis ecológica a los pobres. Las políticas demográficas
coercitivas, promulgadas en nombre de la protección climática, ahora violan
los derechos de las mujeres. Las comunidades indígenas, los pequeños
productores y las clases pobres y trabajadoras del mundo sienten muchos de
los efectos de la sobreproducción, el consumo excesivo y el cambio
climático. Aunque el planeta tiene capacidad para satisfacer las
necesidades de todos sus habitantes, el sistema actual de producción y
consumo sólo debilita la base natural de la vida por la necesidad de
crecimiento constante, al mismo tiempo que deja en la pobreza a miles de
millones de personas.
La Conferencia de las Partes (COP), que se reúne anualmente en el contexto
de la Convención de la ONU sobre Cambio Climático, no ha logrado en
absoluto garantizar la rápida reducción de las emisiones de gases de efecto
invernadero. En las negociaciones, dominadas por empresas transnacionales
depredadoras, se ha intentado imponer falsas soluciones como el comercio de
carbono, la Reducción de Emisiones de Carbono Causadas por la Deforestación
y la Degradación de los Bosques (REDD), al igual que otros incentivos
comerciales/financieros para salvaguardar los márgenes de ganancia y la
continuidad del crecimiento económico.
* *
La crisis alimentaria se manifiesta en la existencia de mil millones de
personas que padecen hambre y dos mil millones de personas con sobrepeso u
obesidad, lo que refleja un malestar social mucho más vasto y omnipresente,
causado por la pérdida de soberanía alimentaria y del control de las
comunidades y las naciones pobres sobre sus propios recursos. El sistema
alimentario está dominado por las empresas transnacionales (grandes
agroindustrias y empresas de alimentos y bebidas), que han provocado,
entre otras cosas, los monocultivos y la sustitución de la producción de
alimentos por biocombustibles; un enorme aumento del comercio especulativo
de cereales; acuerdos comerciales injustos y oligopolios en el sector de la
venta de alimentos al por menor. La crisis alimentaria se agrava por el
“acaparamiento de tierras”, una nueva forma de colonialismo según el la
cual las empresas transnacionales y los fondos de inversión soberana
adquieren grandes tramos de tierra cultivable en países pobres, a menudo
mal gobernados, y desplazan a la población de sus tierras, al igual que los
sistemas de producción interna de alimentos. Entretanto, el hambre y la
desnutrición se convierten en un nuevo mercado de comidas rápidas
procesadas listas para consumir, y nutricéuticos, a menudo con la
colaboración del sector de ayuda al desarrollo y organizaciones
multilaterales.
*C. Nuestra visión alternativa*
El MSP desea un mundo mejor y ofrece una alternativa crítica. Creemos que
se requieren cambios transformadores y radicales, y que pueden lograrse.
Nuestra visión consiste en una serie de dimensiones interrelacionadas:
- un sistema económico reformado;
- procesos e instituciones económicas y políticas justas y democráticas;
- gobernabilidad global de la salud mejorada y transformada; y
- sistemas equitativos de salud pública
*Sistema económico reformado*
Necesitamos un sistema económico que valore a las personas por igual, no
cada dólar. Su objetivo principal debe ser maximizar los beneficios para
la población – su salud, bienestar y calidad de vida – no el producto o el
ingreso total. Este sistema debe basarse en la colaboración en y entre
comunidades y países, no en la competencia; tratar de reducir al mínimo el
uso de recursos ambientales, y mantener al mismo tiempo medios de vida
sostenibles para todas las personas. Su orientación debe ser más social que
de mercado.
Este sistema económico debe:
• fomentar un consumo adecuado, apropiado, equitativo y
sostenible, que tenga el menor impacto humano y ecológico posible, y
refleje no sólo un compromiso con las generaciones futuras sino también
armonía con el planeta;
• reemplazar el comercio mundial y regional, al igual que los
acuerdos financieros vigentes, por otros que erradiquen la inseguridad
alimentaria y la desnutrición, y promuevan soberanía alimentaria;
• estar arraigados en las comunidades locales y obligados para con
éstas, sin dejar de asumir su responsabilidad global;
• establecer y desarrollar empresas controladas por los
trabajadores;
• crear oportunidades de empleo digno y sostenible que satisfaga
las necesidades básicas de todas las personas;
• fomentar solidaridad entre las personas;
• revertir el acaparamiento de tierras; y
• basarse en indicadores sociales, ambientales y de salud para
lograr una medición eficaz del progreso social.
*Procesos e instituciones económicas y políticas justas y democráticas *
Necesitamos nuevos sistemas de gobernabilidad mundial, incluyendo en el
comercio internacional y los sistemas financieros, que:
· integren la salud, el bienestar, los derechos humanos y la
sostenibilidad ambiental, como temas centrales, en todas las políticas;
· garanticen que toda toma de decisiones esté fundamentada en una
genuina igualdad de influencia;
· promuevan democracia, responsabilidad y transparencia a todo
nivel.
Necesitamos nuevos sistemas de gobernabilidad nacional:
· en los que el capital no se adueñe de la democracia electoral ni
el sector privado ejerza influencia indebida en ella;
· en los que las formas de democracia participativa sean parte
integral de las estructuras de gobernabilidad;
· en los que las personas estén debidamente protegidas y tengan
derechos constitucionales, incluyendo el de protestar contra condiciones o
prácticas que fomenten la exclusión social y la opresión.
Deseamos un mundo en el que los gobiernos:
• trabajen multilateralmente para lograr resoluciones pacíficas de
los conflictos internacionales;
• se abstengan de imponer sus propias políticas e intereses a
otras naciones soberanas, tanto a través de la fuerza como por medio de
presiones económicas;
• rindan cuentas en cuanto a la ejecución plena de la Declaración
Universal de Derechos Humanos, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos, y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales.
Un nuevo sistema de gobernabilidad mundial y nacional que incluya
estructuras de regulación para garantizar, entre otros:
• regímenes impositivos justos y progresistas, tanto en los países
como entre éstos, que permitan una redistribución transformadora y
equitativa de recursos y poder;
• el cierre de paraísos fiscales, al igual que reformas
democráticas y regulación del sistema bancario internacional;
• esquemas y acuerdos de comercio justo;
• un nuevo régimen de investigación y desarrollo en el que unos
cuantos no intenten monopolizar el conocimiento, que priorice las
necesidades genuinas de las grandes mayorías y que considere a las
comunidades locales como socios de igual categoría en el ciclo de
investigación;
• un nuevo régimen de producción, gestión y difusión del
conocimiento y la tecnología, que impida que los intereses privados se
apropien de él y promueva un sistema abierto de intercambio de
conocimientos.
*Gobernabilidad global de la salud mejorada *
Nuestra meta es lograr un sistema de gobernabilidad global de la salud más
coherente y responsable, que no esté sujeto a la influencia corporativa y a
la de actores privados que no rinden cuentas ante nadie. Deseamos,
asimismo, la racionalización radical y la transformación de múltiples
alianzas y fondos para la salud mundial. Buscamos otros mecanismos más
responsables de gestión y asignación de financiamiento público global, a
través del trabajo con organizaciones del sistema de Naciones Unidas o por
medio de éstas.
La Organización Mundial de la Salud debe:
• acatar su mandato constitucional de actuar como autoridad
rectora y coordinadora de la salud internacional y global;
• recibir suficiente financiamiento de contribuciones establecidas
y sin ataduras, provenientes de Estados miembros;
• rendir cuentas ante los Estados miembros y los pueblos del mundo.
*Sistemas equitativos de salud pública*
Los sistemas de salud deben:
• ser universales, integrados e integrales, y también ofrecer una
plataforma de acciones apropiadas sobre los determinantes sociales de la
salud;
• apoyarse en disposiciones constitucionales que garanticen el
derecho a la salud;
• basarse en una atención primaria integral de salud, gratuita,
accesible, efectiva, con sensibilidad de género, adecuada para la juventud,
responsable y apropiada para las necesidades de salud de la población, que
se apoye en sistemas eficaces de referencia basados en las necesidades de
atención;
• ser accesibles a todas las personas, sin discriminación por
motivos de género, edad, raza, origen étnico, religión, posición económica,
identidad sexual, discapacidad, conocimientos culturales, idioma o
cualquier otro factor;
• acoger conocimientos culturales alternativos de salud y sistemas
de sanación, en vez de basarse solamente en conceptos biomédicos de salud y
enfermedad;
• recibir suficiente financiamiento público, que represente la
mayor parte del gasto total de salud y garantice la protección de la
población contra el aumento del costo de la atención de salud;
• tener capacidad para retener a los trabajadores locales de salud
en el sistema de salud nacional, en vez de que emigren fuera del país;
• desarrollarse en torno a una red de servicios públicos que
ofrezcan una atención integral basada en los principios de universalidad y
equidad;
• estar facultados para regular estrictamente a los proveedores
comerciales de salud (donde estén presentes) dentro de un marco ético;
• ser participativos y receptivos a las necesidades de las
personas a través de la participación social en la formulación, monitoreo y
evaluación de políticas;
• ser compatibles con sólidos principios y prácticas ecológicas.
El MSP también creará marcos de análisis por medio de su comunidad global
de profesionales, académicos y activistas de salud pública, que puedan
diseñar soluciones innovadoras y creativas para garantizar sistemas de
salud pública más eficaces, eficientes y equitativos.
*D. ¿Qué debemos hacer?*
Este llamamiento a la acción, elaborado durante la Tercera Asamblea Mundial
de Salud de los Pueblos (Ciudad del Cabo, julio de 2012), está dirigido a
todas y todos los delegados y a los demás activistas sociales y de salud
de todo el mundo.
D1 Poder para el pueblo: desarrollo del movimiento No habrá ningún cambio
sin movilización popular. El pueblo no podrá obtener poder, a menos que se
lo quitemos a las élites políticas, corporativas y financieras; mantengamos
instituciones públicas que rindan cuentas, las hagamos trabajar de manera
transparente y verdaderamente representativa, y sirvan al interés público
y a la justicia social. Por eso es necesario que las personas y las
comunidades adquieran poder político y social.
La AMSP3 ha celebrado los éxitos de un Movimiento por la Salud de los
Pueblos en crecimiento, sobre todo la creación de nuevos círculos de país
en África. Aunque somos un movimiento centrado en la salud, que se ha
desarrollado sobre todo en torno al activismo de salud, compartimos muchos
objetivos con otros movimientos sociales que también desean un mundo más
justo y sostenible. Necesitamos desarrollar un movimiento social más eficaz
y de base social más amplia para reducir el poder del capital financiero;
democratizar la gobernabilidad y derrotar las políticas económicas
neoliberales.
Con este propósito, nos comprometemos a forjar alianzas con aquéllos que
persigan cambios progresistas y transformadores. El MSP se encuentra en una
posición única para establecer alianzas con otros movimientos, por ejemplo
de trabajadores del sector formal e informal, los sin tierra, pueblos
indígenas, mujeres y jóvenes.
Fomentaremos solidaridad con aquéllos que luchan en contra de grandes
represas, plantas de energía nuclear, la minería ilegal y condiciones
laborales peligrosas, entre otros. Trabajaremos con el movimiento por la
justicia ambiental y promoveremos mayor participación interdisciplinaria
con economistas, científicos ambientales, abogados, urbanistas, politólogos
y científicos sociales progresistas, entre otros.
Dejamos Ciudad del Cabo decididos a:
· establecer nuevos círculos del MSP;
· dinamizar, ampliar y profundizar el trabajo de los círculos de
país del MSP ya establecidos; y
· fortalecer y desarrollar círculos temáticos del MSP.
Dejamos Ciudad del Cabo con un comité directivo nuevo y renovado, que
mejorará la comunicación en el seno del movimiento, facilitará una
coordinación eficaz en todo el movimiento y garantizará vínculos orgánicos
con círculos regionales y de país, entre otras cosas, además de facilitar
la captación y apoyo a los activistas del MSP para que contribuyan al
desarrollo del movimiento en los distintos países y regiones.
Nos esforzaremos por fomentar e impulsar luchas de base comunitaria,
campañas e iniciativas de incidencia en el plano local, nacional y mundial,
en múltiples frentes, para desarrollar el movimiento por la salud en la
próxima fase.
D2 Creación y comunicación de visiones alternativas, análisis, discursos y
evidencias
Reconocemos que la ortodoxia neoliberal y los intereses creados de los
ricos y poderosos están abundantemente representados en los principales
medios de comunicación. Reconocemos el poder de los grandes medios y la
propaganda corporativa para influir en las opiniones y actitudes
prevalecientes, y sostener la creencia de que no hay alternativa a los
sistemas políticos y económicos actuales.
Reconocemos que muchas revistas científicas e instituciones educativas
generadoras de conocimientos tratan de legitimar y sostener el sistema y
paradigma actuales. Reconocemos la falta de inversión en investigación,
monitoreo y vigilancia, que pueden servir a los intereses de los pobres y
promover la justicia social, al igual que una agenda global de equidad que
el MSP apoye.
Con este propósito nos comprometemos a:
• transmitir visiones, análisis y discursos alternativos a través
de una amplia variedad de medios y técnicas de comunicación, sobre todo
aquéllos que fomenten creativamente la participación popular;
• utilizar el Observatorio Global de Salud (OGS) como instrumento
para difundir análisis alternativos progresistas sobre el estado mundial de
la salud y nuestras críticas al marco institucional que rige actualmente la
salud mundial. Mejoraremos la divulgación de informes periódicos del OGS
tanto en inglés como en otros idiomas, a través de medios alternativos, a
fin de llegar a un público más diverso. Asimismo, estableceremos y
mantendremos observatorios nacionales y locales de salud;
• ampliar y extender el alcance de la Universidad Internacional de
Salud de los Pueblos (IPHU/UISP) como medio de educación, empoderamiento y
movilización de cuadros jóvenes del MSP;
• ampliar procesos como el monitoreo de base comunitaria para
garantizar la rendición de cuentas del sistema de salud y la
investigación-acción orientada a la comunidad.
D3 Organizar y planificar para lograr cambios
El desarrollo de movimientos y análisis alternativos debe traducirse en
campañas y programas de acción concretos para lograr cambios. Las acciones
deben planificarse y organizarse en el ámbito local y nacional. Como
movimiento mundial, trataremos de apoyar activamente y facilitar las
campañas como sigue:
· proporcionar información y facilitar el intercambio de
información sobre el contexto internacional y las experiencias de país;
· proporcionar materiales de campaña sobre temas de prioridad
internacional;
· establecer enlaces y coordinaciones con organizaciones de
distintos países que trabajen en temas conexos;
· organizar múltiples foros para compartir experiencias;
· apoyar las campañas internacionales con amplia publicidad;
· promover una movilización activa contra las políticas y acciones
de organizaciones internacionales y gobiernos del Norte que son dañinas
para la salud.
Intensificaremos las acciones de recaudación que nos permitan desempeñar
eficazmente nuestra función y fortalecer el movimiento a través del:
- aumento de la capacidad de jóvenes activistas del MSP con el apoyo de
más cursos de IPHU/UISP;
- fortalecimiento de regiones y países a través del reclutamiento de
coordinadores regionales de las actividades;
- aumento de apoyo regional para desarrollar el movimiento en el ámbito
local y de país;
- fortalecimiento de la secretaría global;
- aumento de los recursos disponibles para actividades de información,
medios e incidencia en el ámbito internacional y local.
Seguiremos ampliando nuestro trabajo global en torno a los programas
mundiales establecidos – debidamente rediseñados cuando sea necesario – a
saber:
· campaña por el derecho a la salud;
· Universidad Internacional de Salud de los Pueblos;
· Observatorio Global de Salud;
· Democratización de la salud mundial; Observatorio Global de Salud
y apoyo al restablecimiento de la OMS.
*Desarrollo de una campaña mundial*
Nos comprometemos, asimismo, a seguir trabajando en el desarrollo y
ampliación de una campaña mundial por el derecho a la salud. Aunque la
campaña estará coordinada mundialmente, se asumirá como propia y se
impulsará localmente. La campaña incorporará una serie de elementos
específicos, cada uno de los cuales abordará las principales inquietudes de
los círculos de país del MSP y del movimiento global. Se alentará a los
círculos del MSP a participar en la campaña mundial y determinar el nivel
de compromiso con temas específicos, tomando como base sus prioridades
locales y la capacidad local. En el *Anexo 1* proponemos un marco básico y
elementos para la campaña mundial ampliada*. *
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